martes, 22 de septiembre de 2015

Impresiones de un viajero

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Buenos Aires, 3 de Julio de 2006

La primera avenida que pillamos a mano V. y yo, la recorremos para hacernos una foto con el obelisco al fondo.- La Avenida 9 de Julio impresiona por la gran cantidad de carriles que la conforman.- Llama la atención la enormidad de taxis (amarillo y negro), que se mueven por todas partes, autobuses con un monumental número en frontal, para que nadie se equivoque y pocos coches privados.- Acá la gente se mueve mucho en taxi, camina deprisa y apenas se ven entradas de subte (metro).- La palabra “cuadra” está presente en las conversaciones cotidianas porque es la forma de aclararse a la hora de explicar donde se encuentran los sitios.

El Teatro Colón lo descubrimos pronto, aunque sólo sea en su fachada y la forma tan característica de hablar se nos va haciendo familiar.- La sensación de hallarme muy lejos – desubicado puede ser la palabra adecuada -, me produce un malestar interno que a pesar de mis esfuerzos porque no trascienda, la sensibilidad de V. terminará descubriéndolo: Tiene presente el avión, la larga travesía, la ausencia de mis hijos y a pesar de que son aspectos sopesados antes de cruzar el charco, no dejan de comerme la moral.- En la calle Juncal (domicilio de nuestros anfitriones), encuentro una ventana abierta con el uso de interné y lanzo mi llamada a las ondas para conectarme con mis hijos y los amigos más íntimos como una primera impresión bonaerense.

Tenemos a los anfitriones llevándonos de un lado a otro probando la primera parrillada que nos llena en demasía y conociendo el apartamento de la Recoleta, que nos produce la gran sorpresa del momento al descorrer las cortinas y encontrarnos tras un gran ventanal, la tapia de un cementerio (La Recoleta), con sus mausoleos, angelitos y demás parafernalia, eso si mirando para otro lado.- La calle que nos separa de tan lúgubre pared tiene una tráfico al que uno termina acostumbrándose pero que ni la persiana consigue amortiguar.- Eso si, acabamos tan cansados al final del día que cogemos la cama para amortizar el gasto y despreocuparnos del mundo exterior.

El aspecto del bloque y sus elementos recuerda la España de los años sesenta: Ascensores con cierres, ausencia de contenedores para la basura, gas ciudad que deja mucho que desear.- Aspecto pobre que refleja la situación actual de la Argentina donde se gana poco y el peso se cotiza cuatro veces menos que el euro.- En la calle se ven policías uniformados y armados parapetados en soportales y esquinas solitarios y con escaso apoyo motorizado.- En los super y tiendas se observan muchas medidas de seguridad, mucha vigilancia.- El complejo La Recoleta nos llama la atención para aprovechar la soportable de lo que parece una catedral para llenarlas de tiendas de diseño.- Existe un Centro Cultural al que no pudimos acceder por estar cerrado.

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