Sabes muy bien que cuando
apoyas tus ojos en mis ojos
hacen que nunca veamos la noche
y cuando despertamos
siempre es diferente día.
Tu mano en mi mano me toca
y siento que me pulsa el alma.
Siento frío
sin una piel de abrigo,
sólo encuentro consuelo
en tu cuerpo desnudo
o en la carne de tu ropa.
Vuelve a aparecer la noche
como quien sopla a la tarde,
mi alma espera a tu mano que toca.
Tus ojos en la raíz de mis ojos,
la vida nos mira y no a la noche,
otra noche más, despierta para nosotros,
otra noche más, hacia un diferente día…
domingo, 25 de marzo de 2012
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